La Demora Nos Perjudica

Al finalizar el año 2022, la gobernación de Elsa Noguera, en conjunto con el alcalde de turno de la ciudad de Barranquilla, iniciaron uno de los proyectos viales más grandes del Atlántico: La Gran Vía. Esta obra comprende la intervención del corredor vial de la carrera 51B hasta llegar a la Universidad del Atlántico.

En su primera etapa, durante la administración de Elsa Noguera, la obra fue presentada como una promesa para mejorar la conectividad entre Barranquilla y Puerto Colombia. Con ello, se esperaba reactivar la vida urbana y la economía del sector universitario en el área metropolitana de Barranquilla.

Verano y Edubar S.A.S.

Inicialmente, La Gran Vía tendría una duración estimada de 18 meses a partir de 2022. Sin embargo, el ambicioso proyecto acumula sobrecostos y retrasos. Lo más grave es que la primera etapa aún no ha sido entregada en su totalidad. En consecuencia, la segunda fase presenta evidentes retrasos, excavaciones abiertas que ponen en riesgo a conductores y peatones, así como sobrecostos que superan billones de pesos. Todo esto, bajo la actual gobernación de Eduardo Verano de la Rosa, parece no avanzar.

Los habitantes del sector aseguran que las maquinarias están detenidas y que, por ahora, no se ve progreso. La preocupación aumenta con la proximidad de la temporada de lluvias.

Gobernación del Atlántico

El gremio de comerciantes es uno de los más afectados: decenas de locales han cerrado sus puertas debido a la inoperancia de los contratistas y gobernantes locales. El polvo, la suciedad y la contaminación auditiva también han golpeado a los residentes, quienes denuncian más de 18 meses de retraso. Preocupados por la seguridad del sector, claman por un pronto avance.

Los estudiantes universitarios, por su parte, señalan que deben salir de sus casas con al menos dos horas de anticipación para poder llegar a clases. La vía, que prometía tres carriles por sentido para reducir los trancones, se ha convertido en un problema. Además, denuncian que en las noches el sector se vuelve inseguro, con motos y personas escondidas entre rejas y escombros para cometer fechorías.

Cabe resaltar a la empresa licitadora de esta obra, EDUBAR S.A.S., encargada de múltiples proyectos en Barranquilla junto a la gobernación, y de la cual gran parte de sus acciones pertenecerían a testaferros de la familia Char. Por lo tanto, no resultaría extraño que se anuncie una tercera prórroga para la construcción. Hasta ahora, se calcula que se han gastado más de 200 mil millones en sobrecostos que no se han visto reflejados en Puerto Colombia, sino en los bolsillos de los políticos de turno.