Angelo Bonfanti “Pionero del desarrollo turístico de Puerto Colombia”

Han transcurrido doscientos años desde la toma de Sabanilla. Por este puerto han pasado hombres ilustres que marcaron la historia de nuestra nación y de la región. Sus muelles han sido testigos de sucesos trascendentales que dejaron un antes y un después: fue puerta de entrada de la economía, del comercio y, sobre todo, del enriquecimiento cultural del país y del departamento del Atlántico.

En medio de ese oleaje de cambios que transformaría la región, llegó Ángelo Bonfanti, trayendo consigo uno de los patrimonios más valiosos de Puerto Colombia. La historia de Bonfanti y su inseparable compañero de viaje, el señor Vargas, parece casi irreal: jornadas marítimas de más de nueve horas, desde las cinco de la tarde hasta las tres de la madrugada, adentrándose en aguas turbulentas y peligrosas. Matilde, esposa de Vargas, repetía cada día un presagio: “El mar es muy traicionero”. Aquel septiembre de tormentas, su advertencia se cumpliría de la forma más temida.

Hotel Esperia, Puerto Colombia, Colombia. Historia y Cultura
Hotel Esperia, Puerto Colombia, Colombia. Historia y Cultura

Esa noche, una tempestad desató su furia y puso a prueba la resistencia de los intrépidos navegantes. La comunidad los dio por muertos: la magnitud de la tormenta y las nulas posibilidades de sobrevivir parecían sentencia segura. La escena bien podría formar parte de una novela de Gabriel García Márquez, con su realismo mágico y su aura de misterio.

Pero contra todo pronóstico, Bonfanti y Vargas regresaron con vida 26 horas después. No trajeron solo una anécdota: fue una gesta, una hazaña que pocos comprenderán en su verdadera grandeza, y que, como tantas cosas en Puerto Colombia, corre el riesgo de quedar opacada y olvidada.

Ángelo Bonfanti dejó un legado que vive en la memoria y el corazón de miles de porteños. Y así como Vargas rogaba por volver sano y salvo a casa, hoy la comunidad ruega para que esta joya histórica y arquitectónica —el Hotel Esperia— no caiga en el olvido, y que su prestigio siga vigente como símbolo de nuestro patrimonio.